Maneras de vivir. Parte Primera.

La vida es gratis. El mantenerse vivo, sin embargo, tiene un precio. Gastamos luz, agua y gas; gastamos en comida, en vestido, en calzado, en medicinas, y como no, gastamos en nuestro ocio. ¡Estaría bueno!.

Esta espiral de consumo del nuevo siglo XXI se basa en un solo pilar: la necesidad. Y si alguien no necesita un coche, algo habrá que hacer para que lo necesite... ¿qué sería de los millones de familias que viven de fabricar y vender coches si el muy insolidario (por no decir hijoputantisistema) no necesita un coche? A las necesidades básicas (incluida la salud y la educación) se requiere por parte del sistema aportar necesidades nuevas y constantes para alimentar nuestra ansia de posesión y gasto. Y a ser posibles, necesidades frívolas... muy frívolas. A más gasto, más placer. ¿Quien no ha sentido el placer de poseer ese pequeñíiisimo móvil que estaba esperando a que pusieran a la venta, o esos zapatos que tantas veces has visto en el escaparate? ¿Como no sentirse bien al comprobar lo grande que queda la nueva televisión del salón y lo bien que se ve... porque es de leds. Nada de plasma, nonono... eso es pasado. En definitiva, poseer da placer. Consumir es gratificante. Creo que a estas alturas de la vida, nadie discute esto, ¿verdad? Hemos sido programados para consumir. Y tenemos asumido que consumir nos produce placer. Y no voy a venir yo ahora a decir lo contrario. Para consumir, pues, necesitamos trabajar y ganar el dinero con el que saciar nuestras necesidades (ficticias y no ficticias) y entramos en un circulo vicioso que aunque evidente, es dificil de controlar.

Bien. He aquí uno de esos que llevan un año y medio sufriendo la crisis. Me despidieron solo porque fuí el último en llegar a la empresa, y mi indemnización era la menos gravosa para ésta. Conseguí trabajo pero intentaron aprovecharse de mi situación, así que muy a mi pesar, pasé a formar parte de los entonces "casi" 4 millones de parados. Agoté mi prestación (que era muy corta) y ahora no tengo más remedio que trabajar en algo que no me gusta nada, que no está bien pagado y para lo que dedico la mayor parte de mi tiempo. Es lo que hay. Lo hago única y exclusivamente por dinero. Siento el mismo asco que una puta de rotonda vulgar y corriente. Nota al margen: ¿no creereis la sabinista teoría de que las putas son putas por placer, verdad? En definitiva: lo hago por dinero y trago lo que haya que tragar, y encima lo hago lo mejor que puedo, para que no me falte. Por dinero. Por el asqueroso dinero que da sustento y cubre las necesidades de mi familia. Me siento un privilegiado por ello... pero a mis 32 años, ya he tenido bastante desengaño. Con pagar mis gastos mínimos me basta. Y con controlar lo que ese ente indefinido al que llamamos "sistema" quiere programar en la inocente mente de mi hija tengo bastante.

El otro día mi nena se encaprichó de una manta de princesas. Yo quiero una como esa, papá -me dijo- cuando tengas dinero, ¿me la comprarás?. No, cariño, la que tienes es muy calentita y la elegiste tú -le contesté. Tras una pausa de vacilación lo volvió a intentar: ¿Cuando me porte bien me la compraras?. Hasta aquí todo normal... el típico chantaje emocional de quien ya sabe que es el ojito derecho de papá. -No, teta... no es cuestión de portarse bien, es que ya tienes una. Y viendo que no lo conseguía, en un último intento, me soltó de la mano y lloriqueando me dijo: Pero es que yo la necesitoooo...

Olé sus cojones. Hasta aquí podíamos llegar.

Imaginad por un momento lo que supone enfrentarse al hecho fehaciente de que tu inocente hija ha sido inoculada con el mismo virus que el resto: la necesidad de lo prescindible. Si pillo a quien lo hizo os juro por dios que lo mato.

(...continuará)

Buena reflexión. Muchas "necesidades" son creadas bien por la publicidad, televisión, modas, bien por nosotros mismos....


voy a digerirlo y haré yo mi propia reflexión si me lo permites

Excelente reflexión, en las cosas mas simples es donde realmente esta la belleza. Solo que de tanta publicidad ya no podemos verlas.

Un Saludo